Agarré una copa más, la botella de recuerdos se llenaba cada vez que sacaba la mirada de ella. Y así interminable, y así también corrían los días. Incluso hoy. Me obligaba, a pintar marcos oscuros en cada esquina, y a vestir a la ocasión, un dejarme mirar las paredes blancas, esperando lo inesperado. Y esperar fue lo que hice durante mucho tiempo. Esperar,
Un verso roto,
Para irme de este baile anoche,
Reaccioné pasadas las tres,
Y las cuatro también,
Te vi, evidentemente, sólo yo esperaba.
Te vi y reí,
Y esas palabras me tomaron de la mano,
Bailando, como si nadie me estuviera viendo,
Dejé esas cuatro paredes en primavera,
Con lluvia y viento,
Pero sonriendo, al final.
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