Translate

domingo, 27 de noviembre de 2011

[Me] presto mis ojos

No hay palabra que resuma qué siento.
Unas que orienten, Si. Pero jamás cierran. No cierran. No.

Hay emociones,
Un recuerdo partido - unas vacaciones perdidas. Un lugar por conocer.
Jamás cierran. No cierran. No.

Hay rostros,
De amigos y situaciones. De silencios sabidos y de un final predecible.
Jamás cierran. No cierran. No.

Hay Soledad.
Hoy entre cuatro paredes. Esperando lo inesperable. Que llame, que se importe.
Pero ya es tarde,
Jamás cerro. No cerro. No,
Y creí, sólo, que quería ver.

No hay una palabra que resuma lo que siento,
Muchas sí pero jamás cierran. No cierran. No.
Sólo puedo,
Prestarme mis ojos.


¿Cuanto tiempo?

¿Cuánto tiempo paso?
De darme cuenta que fui un idiota,
Que dejé aplastarme por mi mismo,

¿Cuánto tiempo paso?
Desde que vi tus ojos,
que sentí en segundos, lo pospuesto por una esperanza trunca.

¿Cuánto tiempo paso?
El mismo de ayer a hoy,
El de un segundo, minuto u ocho años.
El mismo tiempo que dejé de oir,
Para soltarme, y vivir.


Sentido

La arena cae sobre las hendiduras de la madera. Yo me limito a mirar, es tarde para hacer algo. Es tarde para querer cerrar la hendidura. Solía estar llena de astillas, que a como de lugar entraron entre mis dedos. Preferí sacarmelas entre las noches, cuando nadie me veía. Y esas noches acomodaba las hendiduras. Recuerdo que le pedía, al roble, terciado y marrón -robusto, recuerdo- que se enderezara, que ponerse bien era lo que yo quería, mi felicidad, lo que siempre busque, usted me entiende, ¿no?. Pero jamás se dignaba a hablarme, esperaba a que yo termine para pincharme y callarse de vuelta. Quise buscarle la vuelta, le compre flores, le dije que la amaba y que mi vida tenía sólo sentido frente a ella. Pero sólo pinchaba más fuerte. Y dolía, ¿sabe?, y duele... por dios, me atormenta sólo quiero salir a verla, ¿Entiende?, a decirle que podemos intentarlo una vez más, sólo si le digo que la arena no va caer más sobre sus hendiduras... ¿Por favor? Venga usted, ayudeme, por favor!
- Esta bien, Está aca afuera, podés verla con una condición.
- No lo puedo creer, Dios, ¡No! Dejeme verla, por favor se lo suplico, Voy a hacer lo que quieras, lo que quieras
- Te tocan tus medicinas. Las azules me las escupis hace un semana. Tomalas y la podés ver.
- No sé yo, yo... demelas, demelas ahora, ¡Ahora!, Desgraciado.
- Jaja, dale, si te morís por verla una vez más. ¿No?. Pedazo de mierda. Esa suave y tersa piel, Y sus ojos, cómo los astillabas de dolor. Los tuyos, ahora, en estas cuatro paredes. O ya no te acordás, como la despedazabas. Estas muerto, la arena te tapo.


sábado, 26 de noviembre de 2011

Una jaula

Mi cuerpo es una jaula
Jaula,
De barrotes brillantes,
Y de un fétido olor a recuerdos amargos.

Si, mi cuerpo es una jaula,
Sí lo es,
Busca sobre el precipicio más perspicaz,
Romperse,
Sólo para ver que me espera, sea lo que sea.


Corriendo

Lo mejor que podia,
Era lo unico que cargaba con mis labios,
El peso de una palabra mia,
La de un experto en huidas,
Que sólo tiene entre sus manos,
Un deseo trunco,
Una memoria partida,

Y sin embargo, creo saber porque te busco.


domingo, 20 de noviembre de 2011

Temprano

Sigo, a través del reloj esperando.
Que pienses, este tiempo pasado en un sueño.

Que veas lo bueno que quedó,
de mi,
Más las palabras hirientes; y un mes sin hablarte.

Estarás ¿


sábado, 19 de noviembre de 2011

Un sueño más antes de terminar este día

Tuve ese sueño de nuevo. Te esperaba para irnos de viaje, sobre el gris de una estación irreconocible, más que su gris. Un reloj, se dejaba sonar, gigante, delante mío. Lo miraba incesantemente, una y otra vez. Me dí cuenta al segundo cuarto que esperaba a alguien. Una carta en mi bolsillo lo corroboraba: te espero a las diez. Diez y uno, y diez, y veinte, y cuarenta. Corrí fuera del andén, busqué angustiado la causa sin encontrarla. Angustia, sí, era una caja de madera colgando de mi pecho. La escondí intuitivamente tras mi espalda apenas distinguí, entre tanta niebla, algo. Mis padres, los reconozco por su proximidad, no por sus ojos borroneados. 
Me interrogan, serios, de caras largas y ondeantes:
- ¿No te vas con nosotros?
No, respondo con la mirada hacia las luces del fondo.
- A, es cierto. Te quedás esperándola.
Si. Asentí.
-Sabés donde encontrarnos. Te esperamos allá.
La noche oscura paso al día, y el día a la oscuridad. Yo en el mismo lugar: con esa opresión extraña en el pecho, angustia una y otra vez. Caminaba para todos lados, y nada. Rendido, las piernas sangradas, y mis muñecas cortadas, caí al suelo. Desde allí pude verlo todo: como se acercaba y decía, disculpame, disculpame, reía, reía y reía, grotescamente. Agregaba: yo también te estuve buscando toda la noche.

Desvelo

Todavía espero que no sea tarde,
Pasados tantos meses sin sacarte de mi cabeza.
Mirándote pasando veredas,
Y yo anclado.

Todavía espero que no sea tarde.
Todavía, espero.

"No siempre se choca yendo a contramano"

Apertura en la vereda opuesta,
Miro, con letargo, los años pasados:
Todavía, espero, ojos mudos - lengua ciega: eso que desearía ver.

Si, me lo dijiste.
Si, que era tarde.
Sí, que nunca cambiaría;
Si.
Hasta que lo entendí:
Sonriendo dijiste: - No siempre chocas yendo a contramano.